Tinieblas
occidentales
por Israel Shamir
(La
iglesia católica bajo fuego sionista)
La campaña contra los
sacerdotes abusadores es una señal clara de que una
nueva guerra se nos viene encima. Si la Iglesia paga
por sus “curas abusadores”, ¿no debería la judería
pagar a su vez por abusar a los judíos?
La Iglesia católica, la mayor
iglesia apostólica en los Estados Unidos, se
encuentra duramente acosada. Los conspiradores han
sumado la presión mediática a la maquinaria
judicial, han utilizado la obsesión yanki por el
dinero, y le están dando a la Iglesia el trato que
le dieron a la industria del tabaco, es decir la
persecución hasta desaparecerla por completo. Con
tal de pescar sus treinta monedas de plata (en
términos actuales, más de un millón de dólares),
cientos de católicos americanos denunciaron a su
iglesia.
Este ataque, seguido por la mal
calculada rendición de los obispos católicos de Los
Ángeles en la campaña acerca de los “curas
abusadores”, es una señal clara de que una nueva
guerra se nos viene encima. Este show barato empezó
exitosamente en los medios USianos antes de la
invasión a Irak. Más precisamente, en el momento en
que Sharon estaba sitiando la ciudad de Belén y
destruyendo Palestina en 2002. Entonces, de golpe,
a centenares de hombres y mujeres maduras les dio
por recordar que alguien había abusado de ellos unos
veinte años atrás. La cosa creció hasta la histeria
al anuncio de la invasión a Irak en 2003, y ahora
está sirviendo nuevamente de toque guerrero para
nuevas hostilidades. Cada vez que las fuerzas
oscuras preparan un nuevo ataque contra la
humanidad, utilizan su considerable artillería para
acallar las fuerzas potenciales de la resistencia,
empezando por su enemigo confesado, la Iglesia. Lo
mismo hizo el Tercer Reich, por cierto: antes de
desencadenar la guerra, empezaron su campaña sobre
los “curas amigos del sexo”, para silenciar a la
Iglesia. Ahora le toca al Cuarto Reich. La Iglesia
estaba en contra de la guerra en Irak; la Iglesia se
mantuvo firme en su defensa de Palestina; la Iglesia
sin duda está en contra del ataque pendiente sobre
Irán; de modo que hay que ponerla a la defensiva. La
misma gente que controla los medios USianos es la
que llama a la guerra contra Irán, y es la que está
detrás de esta campaña contra la Iglesia.
Nuestros enemigos y enemigos de la
Iglesia fabricaron mediante el control de los medios
un fantasma, el de los “curas abusadores”, y
lograron convencer a los obispos de Los Ángeles a
que dieran satisfacción a su “último pedido”. Pronto
descubrirán dichos obispos que nunca se llega al
último pedido cuando uno se somete a sus deseos. La
rendición no lleva a ninguna parte. Podrían haber
aprendido de los alemanes, que accedieron a saldar
lo que parecía ser la totalidad de los reclamos
judíos, por mil millones de dólares (según lo cuenta
el negociador judío Nahum Goldmann en su libro La
paradoja judía, New York, Grosset & Dunlap, 1978
Pero no era así: de esos $ 1.000 millones pagaron
$60 000 millones, para descubrir que todavía no
habían terminado. Todavía debían $180.000 millones
más, y ahora hay un nuevo proceso judicial para
proporcionar a los hijos de los que padecieron
durante la guerra una indemnización completa, dícese
que la última pero, ¿qué seguridad hay con esta
gente?. Si aparece un cretino que acepte pagar,
nunca más tendrá. un respiro por parte de esta
ralea.
Pero la construcción misma del
reclamo es defectuosa, cuando menos. Si un hombre
abusó de un niño siendo sacerdote, esto es su crimen
personal, y le corresponde cargar con la
responsabilidad, toda vez que el crimen esté probado
por un tribunal penal, sin que quepa ninguna duda
razonable. De la misma forma, si un hombre abusó de
un chico mientras servía en el ejército, o en un
equipo de bomberos, la responsabilidad es suya, no
del ejército ni de la brigada de prevención de
incendios. Los obispos no tenían ninguna
obligación de aceptar que se les formara juicio; si
un juez anticristiano aceptó semejante persecución,
a la iglesia le correspondía retirarse, nunca
acatar. Los obispos no son la Iglesia, ni el clero
tampoco. La iglesia es el cuerpo místico de todos
los creyentes, la Esposa de Cristo, y no puede ser
objeto de ningún juicio por malos modales de
creyentes individuales. Pues sí, la iglesia siempre
es lo justo, aun cuando sus obispos, sacerdotes o
legos puedan equivocarse individualmente.
Pero pensándolo bien, el modelo
podría ser útil. Si se le puede entablar juicio a
la Iglesia católica, entonces uno podría perseguir
por igual a sus competidores tradicionales, los
judíos. Si la Iglesia paga por los curas abusadores,
¿no debería la Judería pagar por abusar a los
judíos? La lista completa de los reclamos de gente
estafada por financieros judíos, agentes
inmobiliarios, banqueros, agentes de seguros,
sumaría los trillones de dólares. Con los millones
del caso Enron (caso patente de estafa judía)
bastaría para compensar la generosidad por los
curas abusadores. Que se persiga a la Judería en la
misma corte donde se procesa a la Iglesia; se le
pueden sacar recursos suficientes a las
organizaciones judías. Tal vez esto los dejaría con
las arcas vacías para comprar a nuestros políticos y
mandar a matar a los palestinos.
Pero Meñique me dice que los judíos
jamás aceptarían una responsabilidad colectiva.
Están dispuestos a actuar colectivamente cuando se
trata de reunir plata, pero no a la hora de pagar. Y
mientras ellos no acepten una responsabilidad
colectiva, la Iglesia tampoco debería hacerlo. Si el
papa en Roma todavía tiene algún control sobre sus
obispos en Los Ángeles, debería darles la
jubilación, rechazar el reclamo, proclamar que la
iglesia nunca aceptará responsabilidad por ninguna
fechoría individual, excomulgar y anatemizar a todos
los que hayan participado en ese circo. No se
debería alentar la codicia: los que le hacen
reclamos a la Iglesia para cobrarle algo, aún
cuando hubiesen tenido algo de razón en el planteo
inicial, son los realmente dañinos, porque intentan
destruir la Iglesia.
La funesta costumbre del último papa
Juan Pablo II de pedir perdón por pecados
históricos, es lo que ha dado lugar a semejantes
sucesos; él no estaba habilitado para pedir tal
perdón porque esto implicaría que cada católico,
hasta una niña brasilera de cinco años, era culpable
por haber maltratado a los enemigos de la iglesia,
que lo son desde hace quinientos años. La iglesia
tendrá que alegrarse si se salva de que le entablen
juicio por todos los daños ocasionados por cada
circunstancia por la que la máxima autoridad pidió
perdón, incluyendo las Cruzadas, el saqueo de
Constantinopla y las acusaciones de crimen ritual.
Porque estoy seguro de que van a
aparecer nuevos reclamos. La naturaleza humana es
así: si le enseñas a un tipo la manera de ganar
millones diciendo que un cura lo acarició, tendrás
hordas haciendo cola con semejantes reclamos.
Algunos serán puros mentirosos y estafadores. Me
viene a la mente el caso de Lori Haigh. Dicha señora
logró que le pagaran $1,2 por abuso sexual, atacando
a la arquidiócesis del condado de Orange, en 2002,
alegando que un clérigo había abusado de ella en la
época en que la llevaba y traía a sus clases de
música, más de veinte años atrás. Después, intentó
pasar por víctima de acoso sexual en otras varias
ocasiones, hasta que la policía la detuvo por
mentirosa e impostora.
Otros se valdrán de falsos recuerdos
para armar el paquete. La memoria falseada es algo
muy real. Yo mismo he observado que “recuerdo”
acontecimientos de los que nunca fui testigo, por
las muchas veces que me los contaron. Realmente
cuesta recuperar la memoria propia y eliminar la
falsa. Cada habitante de Jerusalén te contará los
horrores del sitio de la ciudad en 1948, pero los
diarios de la época atestiguan que no hubo sitio
alguno, como lo demostró hace poco el historiador
israelí Uri Milstein.
Los pleitos sexuales generan un
montón de reclamantes. Unos años atrás, un judío
sefaradí, el general Itzik Mordechai, estuvo a punto
de ser coronado primer ministro de Israel, sólo que
a la elite dominante en Israel que es asquenazi, no
le caía nada bien la idea. Descubrieron a una chica
que declaró que el gallardo general la había
violado. A partir del momento en que se supo de su
reclamo, surgieron docenas de mujeres con demandas
comparables. Esto no llevó a nada pero se enlodó lo
suficiente a Mordechai para que ya no le quedaran
posibilidades de llegar a gobernar. Últimamente se
repitió el truco contra el presidente sefardí Moshe
Katzav, con éxito rotundo; la primera demandante
fracasó, pero la policía encontró alguna que otra
prueba entre las decenas y decenas de mujeres que se
presentaron para reclamar. En los Estados Unidos,
las oleadas de reclamantes potenciales alcanzan la
altura de un tsunami, con sus cientos y miles de
personas que acuden para declarar que fueron
abusadas unos veinte años atrás como promedio, pero
a veces hasta cuarenta años atrás.
A mí no me dan ninguna lástima estos
reclamos tardíos. ¿Por qué habrán esperado veinte
años? Si a un chico o a una chica le atacan, puede
echar a correr, acudir a sus padres o a la policía.
Si no lo hiciste en el momento, olvídate.
Considéralo un mal rato, una experiencia
desagradable, el resultado de un malentendido, y
carga con la culpa de tu indecisión. Toma las
riendas de tu vida, únete a la humanidad, fíjate que
hasta tu papá y tu mamá algún día tuvieron que
aguantar un beso no deseado o un abrazo no
compartido. Las leyes deberían ser razonables.
Permitir que se tramiten demandas por sucesos de
veinte años atrás no es razonable. Sólo debería
tomarse en cuenta una queja en el momento, 24 horas
es el máximo que debería estar autorizado, en
algunos casos extremos.
Si ocurriera un crimen, al criminal
se le debería castigar, pero el denunciante no
debería sacar provecho por denunciar el crimen. Esta
es la regla necesaria de la justicia. En otro caso
estamos volviendo al tiempo en que un denunciante
podía reclamar un tercio de la propiedad del hombre
al que denuncia. Una persona honesta y víctima de
abuso debería rechazar la tentación ofrecida por el
sistema judicial yanki que alienta a formar juicio
por montos de dinero elevados, y debería entregar
sus ganancias a la Iglesia. Pero igual, en cualquier
caso los únicos que ganan son los abogados, los
Dershowitz [abogado defensor del Estado de Israel y
del uso de la tortura]. De los miles de millones que
los abogados judíos sacaron a nombre de los
sobrevivientes del Holocausto, apenas una gota cayó
en los bolsillos de los que realmente habían sido
prisioneros, y el resto fue a parar a las arcas de
los abogados.
Los procesos judiciales con costosas
indemnizaciones son inmorales y contraproducentes.
Una mujer le cobra un millón a Mc Donald porque se
quemó con un café hirviente, un hombre consigue
otro millón por fumar demasiado: no es más que
incitación a formar pleitos. Las tarifas de los
abogados deberían recortarse a la altura del salario
de un trabajador, para que no conviertan a la
justicia en ruleta. Los yankis podrían reconsiderar
su sistema judicial pues no es más que una parodia
de justicia: los jueces USianos han rechazado
cualquier reclamo de parte de palestinos torturados,
pero han garantizado a Israel y a los judíos
americanos millones y millones embargados a
palestinos o iraníes.
El resto del mundo vive bien sin
estos ruinosos procesos. El dinero no es más que
dinero, y no es nada seductor el que se desvive por
los dólares. Freud consideraba que el dinero es el
equivalente de la mierda. Los nenes muestran su
caquita con el mismo orgullo que lo hacen los
grandes con sus rollos de monedas de oro. Un libro
árabe del siglo XVII cuenta el caso de una
competencia entre dos tribus, donde el ganador es
el que produce el montón más grande. Posiblemente
sea este estilo de competencia mucho más sano que la
que pregona Forbes [el que establece la lista anual
de las mayores fortunas mundiales].
II
Los yankis simplifican en exceso la
cuestión del sexo con menores, cuando lo presentan
como algo monstruoso. No es así, pues ¿a quien le
puede molestar la pasión de Romeo y Julieta? Debería
indignar a un buen ciudadano americano, pues Julieta
tenía 14 años, y por lo tanto Romeo hoy en día
estaría preso y procesado como pedófilo, junto con
su cómplice el padrecito Lorenzo, en Estados Unidos.
Al padre Lorenzo sin duda le considerarían cura
abusador, y algún Dershowitz le sacaría un millón a
la diócesis de Verona por el pecado de haber
legalizado el idilio de los enamorados. El caso de
los amantes de Verona no es el único. Edgar Allan
Poe se casó con una chica de 14 años, y si las leyes
actuales estuvieran vigentes entonces, le habría
escuchado aquello de “Nevermore” a su cuervo en la
cárcel. El profeta Mohammed se casó con Aisha cuando
tenía nueve años, pero Jacob, el patriarca bíblico,
lo superó, pues se casó con Raquel que tenía 7. En
el mundo moderno, a Jacob y Mohammed les habrían
dado caza, extraditado y metido presos. Y
posiblemente algunas personas mejor ubicadas todavía
no se sentirían muy seguras al enfrentarse con
nuestra ilustradísima justicia: la madre de nuestro
Salvador tenía apenas 14 años cuando la
Anunciación….
Las mujeres maduras con ganas de
compartir su experiencia con muchachos jóvenes
siempre recibieron aprobación. En el clásico griego
Dafnis y Cloe, dos jóvenes pastores encuentran el
amor (ya estaría presos en Estados Unidos) pero
antes, una señora madura y con experiencia, le había
enseñado al joven Dafnis cómo agradar a su novia,
para satisfacción de ambos. Hoy en día, en
Inglaterra, una maestra de 26 años fue perseguida
por tener relaciones con un alumno de 15. Hasta el
fiscal admitió que “todos los escolares sueñan con
recibir este tipo de atenciones por parte de una
maestra joven y atractiva”, pero abogó por el
castigo a pesar de todo. En los Estados Unidos, a
Pamela Rogers la sentenciaron a muchos años cárcel
por tener relaciones con un joven tan alto como tú y
yo, que tenía 13 años cumplidos cuando fue aquello,
la edad que tenía mi bisabuelo cuando lo casaron y
él encantado . Si la señora Rogers hubiese humillado
y mortificado al chico, tal vez habría podido hacer
una carrera brillante en la escuela. Quien sabe,
hasta Secretaria de Estado habría podido llegar a
ser….
Un hombre que hiere o mata a un
chico irá a la cárcel, cumplirá sus años y saldrá
libre de allí. Un hombre que haya tenido relaciones
con una chica de 14 años cumplirá su pena y se
hallará fichado en una lista de agresores sexuales;
su nombre y su dirección estarán al alcance de
cualquiera por internet. En Inglaterra, como en USA,
los dos gemelos trasatlánticos y neoliberales, un
servicio especial te permite localizar a cualquier
convicto de agresión sexual en el vecindario. El
Estado, en estos países ultra-liberales, es un
perverso que solamente permite la búsqueda de la
felicidad en forma de valores cotizados en la bolsa.
Ingleses y USianos inventaron un
concepto tonto, el de “violación estatuida”, como si
un fiscal del Estado supiera mejor que los chicos y
las chicas lo que quieren. Los grandes pensadores
Sartre y Derrida, Foucault y Beauvoir hicieron un
llamado en 1977 por que se prescindiese de este
invento legal de una vez por todas. Los avisados
españoles fijaron la edad del consentimiento en los
13 años, mientras que los musulmanes, más cuerdos
todavía, no tienen siquiera edad límite para el
matrimonio, pero desaprueban rotundamente las
relaciones extra conyugales. Los judíos, con la
misma sensatez, se guiaron por el Talmud, que
estipula que las niñas están autorizadas a casarse a
partir de los tres años y un día (aunque prefería la
edad menos peligrosa de 9 años) a la vez que prohíbe
terminantemente la sodomía.
Por cierto, casi todos los casos de
pedofilia son de homosexuales; por lo tanto, las
supuestas víctimas deberían llevar a los tribunales
a las organizaciones gay, en vez de atacar a la
Iglesia. Pero a la Iglesia no se le permite siquiera
musitar semejantes palabras. No pueden decir
“pederastia”, deberían pretender que se trata de
“pedofilia”. No se les permite expulsar a un
sacerdote homosexual, pues se les atacaría por
“homofobia”. En los Estados Unidos, la enérgica
defensa de la homosexualidad se ha convertido en
dogma oficial. El tabú de “no ser tan amigo de los
homosexuales” (la llamada homofobia) puede llegar a
ser tan poderoso como el tabú de “no ser tan amigo
de los judíos” (el llamado antisemitismo). Estos dos
tabúes están tan bien intrincados en los Estados
Unidos, que hasta mencionarlos se ha convertido en
un tabú, y han aparecido dos delitos secundarios, el
de “racismo”, derivado del delito de antisemitismo,
y “pedofilia”, un desprendimiento de aquello que se
llama homofobia.
En Israel nos parece que no hay
mejor forma de demostrar lealtad hacia la democracia
americana y el liberalismo que emascular al hombre y
des-feminizar a las mujeres. En nuestro Estado judío
menor, es decir en Israel, las cosas cambiaron
mucho, desde los días machistas de la Guerra de los
Seis Días, cuando la homosexualidad no se toleraba,
y el tuerto Moshe Dayan, ministro de defensa, se
despachaba a todas las hembras del contingente; en
aquél tiempo, el ejército israelí rechazaba a
patadas a tres ejércitos árabes por semana. Ya la
tendencia gay no se ve nada mal, a los ministros les
forman juicio por besar a una muchacha, y al
ejército lo derrotan unos pocos barbudos libaneses.
Antes las chicas israelíes servían en el ejército
como no combatientes. Su principal tarea era darse a
ver bonitas y elegantes, lo que estimulaba a los
chicos para pelear con ganas. Ahora siguen el
ejemplo de Judit y Jael, usan cascos, participan en
los combates, y se parecen a nadadoras de Alemania
Oriental formateadas con esteroides anabolizantes.
Cuando terminan su servicio
militar,, con cueros cabelludos de palestinos a la
cintura (en lugar de sus prepucios, lo que era la
voluntad de Sansón) esta nueva generación de hembras
sabra no sirve para novias o compañeras
normales, y terminan en la colonia lesbiana en pleno
auge en Tel Aviv. Mientras que los homosexuales
masculinos suelen ser suaves, las hembras se
inclinan hacia el mando, y son las que dirigen la
mayoría de las organizaciones gay. Se rumorea que
Tsippi Livni, ministra de asuntos extranjeros y ex
agente de los servicios secretos, tiene un pasado
lesbiano, por lo que le regaló millones de dólares a
la organización gay dirigida por sus patrióticas
hermanas. Tradicionalmente independientes, las
mujeres judías se han vuelto más soberbias aún
ahora, tal vez porque cuando ya sirven en las
unidades de combate, ganan tanto dinero como los
hombres, están protegidas de cualquier mirada
cariñosa por una policía siempre en guardia. Ya
tienen pelotas y se han convertido en hombres, pero
además las estimulan películas que muestran mujeres
ejecutivas y tajantes junto a tipos atolondrados,
obedientes, inútiles y obsecuentes.
Los hombres se han percatado del
mensaje. Si las chicas son tan fuertes como los
chicos, pero exigen más y son más propensas a llevar
a cualquiera a los tribunales, ¿para qué las
quieren? Algunas estadísticas arrojan que el 20% de
Tel Aviv es homosexual, otros apuntan tasas aún más
elevadas. Gays y lesbianas tienen derechos plenos;
adoptan niños, se reconocen sus “matrimonios” si los
contraen en el extranjero, testan y heredan como
tales, y se encuentran discriminados positivamente
en tanto que empleados e inquilinos, pues tienen
mayores ingresos disponibles, y no se embarazan.
Además son realmente patrióticos: un poeta gay muy
celebrado de Tel Aviv llamó a Israel a arrasar tanto
Gaza como Beirut, y a quebrarles el cráneo a los
árabes. Insisten en su derecho a servir en el
ejército de ocupación. Sacan un beneficio extra de
la ocupación: jóvenes cuerpos árabes baratos. Los
gays con suerte se buscan un rinconcito apartado
para compartir con muchachos que huyen del bloqueo y
de las privaciones de un campo de refugiados, y las
autoridades toleran esta violación del apartheid,
mientras que una unión de contrabando entre hombre y
mujer no se tolera.
Un proceso semejante tiene lugar en
el “Estado judío mayor”, o sea en los Estados
Unidos. Se empuja a las chicas al servicio militar,
se vuelven filosas como uñas, y el resultado es que
cada día hay más hombres buscando a otros hombres, y
naturalmente a hombres más jóvenes. Los curas
posiblemente no sean ninguna excepción. La culpa
última no es de la iglesia, sino del movimiento
feminista y lesbiano que defiende el servicio
militar femenino, así como de los medios que
promueven esta actitud.
Ahora bien, si la violencia sexual
hacia un niño o una niña, por parte de un adulto, no
deja de ser un acto repugnante y criminal, es
excepcional. Se puede puntualizar y estar de acuerdo
en que se trata de un acto repugnante incluso si no
se hace uso de violencia, pero uno debería estar
consciente de que se trata de una cuestión de
cultura más que de un juicio invariablemente
correcto.
III
No podemos permanecer indiferentes
ante los trabajos que esperan a la Iglesia, pues
tiene potencial para cambiar los Estados Unidos.
El de convertirlos de un estado neojudaico y
predatorio, que es lo que son en la actualidad, en
un estado cristiano y amante de la paz. Sus obispos
fueron demasiado lejos en el esfuerzo por complacer
al enemigo. Pero han descubierto por fin que este
camino lleva a la perdición. La próxima vez podrán
ser más valientes, si es que hay una próxima vez.
Deberíamos defenderla contra estos ataques, tanto en
los casos de “curas abusadores”, como en los casos
de insinuaciones acerca de las relaciones de Pío XII
con el Reich alemán. Sólo los inocentes y crédulos
tratarán de ponderar los hechos inapelables detrás
del tinglado, porque en realidad no tienen la menor
relevancia. Todo es bluff, como lo demostró Philip
Jenkins, un profesor de historia y estudios
religiosos episcopaliano, de la universidad estatal
de Penn, en su libro Pedófilos y sacerdotes,
mientras que al papa Pío muchas veces ya se lo ha
exonerado.
Esta última acusación es una imagen
especular, o una parodia de la acusación de Caifas,
de la misma manera que la religión del Holocausto es
una parodia de la fe cristiana. Según el dogma
cristiano, Caifas entregó a Cristo a los romanos
para que lo crucificaran, y de allí nace la
hostilidad de la dirigencia y los sacerdotes
judaicos hacia Cristo. Según el dogma del
Holocausto, el papa hizo entrega de los judíos a los
alemanes, lo que conforta la eterna enemistad de los
devotos del Holocausto hacia la Iglesia. No importa
que a nivel de los hechos, las acusaciones hayan
sido refutadas muchas veces. Nuestro tenaz enemigo
nunca se rinde, nunca reconoce su derrota, nunca
acepta los hechos hasta que no le formen juicio a
él.
¿Quién es el enemigo? Alguna gente
menciona al lobby israelí por su gran control sobre
los medios. En un panfleto famoso, se les llama los
Sabios de Sión. Otros los llaman los illuminati.
Yo los llamé los Maestros del discurso, los
operadores de la maquinaria integrada que organiza
la desinformación pública y el adoctrinamiento,
desde el Wall Street Journal hasta Wikipedia. Miles
de redes de difusión, periódicos, revistas, libros,
filmes e ideas están centralizados y guiados por su
mano invisible, mientras que el pensamiento libre
sobrevive en los rincones apartados del web. La
temible AIPAC no es más que la punta visible del
iceberg, y debajo hay kilómetros de hielo sólido:
dueños de los medios, grandes editoriales, y
mandarines, o sea, los Maestros del discurso, los
que se han adueñado de la palabra. La base de su
poder está en los medios, en su habilidad para crear
una presentación falsificada de la realidad y
desorientar a la gente. Hace poco, John Pilger
describió aquello como el gobierno invisible.
Cuando los Maestros del discurso
luchaban contra el comunismo, tenían un puñado de
“hechos” ficticios que sacaban a relucir una y otra
vez. Jugaban con números aterradores: los comunistas
mataron a treinta, no, cincuenta, qué digo, sesenta
millones de gentes, a pesar de que las estadísticas
demográficas al alcance de cualquiera, libres en
tiempos de la Unión soviética, convertían semejantes
“datos” en algo tan milagroso como el alimentar a
las multitudes con cinco barras de pan. Inventaron
el antisemitismo soviético, a pesar de que el
gobierno soviético y el aparato de seguridad siempre
contaron a muchísimos judíos en puestos elevados.
Inventaron el totalitarismo soviético, a pesar de
que el pueblo soviético apoyaba libremente a su
gobierno. En lugar del santo Graal, tuvieron a Raúl
Wallenberg, que pretendía haber sobrevivido
milagrosamente y haber estado enjaulado en una
mazmorra lejana. Ninguna investigación los hizo
jamás reconocer sus inventos por lo que eran, es
decir puras mentiras.
Ahora quieren destruir a Irán y
tener a Rusia discapacitada, porque son tierras que
no han olvidado a Dios. Pelean contra la Iglesia,
contra cada Iglesia, llámese comunismo o islam o
judaísmo ortodoxo, o su enemigo tradicional, la
Iglesia apostólica, porque cada iglesia defiende a
sus ovejas contra sus robos y resiste sus oscuras
maniobras para la dominación. La Iglesia afirma la
primacía del espíritu, y la naturaleza del hombre a
semejanza de Dios; esto es anatema para los Maestros
del discurso. A un nivel más profundo, la Iglesia es
su principal adversario, porque ellos son una
auténtica iglesia rival, la Iglesia de las
tinieblas, y así no sufrirían competencia.
Por muy dominantes que sean, no son
omnipotentes. No deberíamos tenerles miedo. No opera
ninguna magia en sus imprecaciones. No tienen
poderes divinos que los respalden. Son impostores.
Explotan los viejos mitos de la humanidad, olvidando
que nada funciona sin ayuda de Dios. Los maestros
son gemelos de los sionistas; los sionistas
decidieron arreglarlo todo para el retorno de Israel
a la Tierra prometida, como se les prometiera a los
ancestros. Pero este retorno tenía que ser obra de
Dios, mientras que los humanos que procuran hacer la
tarea de Dios son necesariamente rebeldes. Demiurgos
porque sí, crearon un régimen infernal dirigido por
sus fuerzas de seguridad, y arruinaron a la
encantadora tierra de Palestina. El resultado fue
tan miserable que el príncipe sionista Avrum Burg
[el que era presidente de la asamblea de diputados]
aconsejó hace poco a sus conciudadanos conseguir un
pasaporte extranjero y emigrar.
Los Maestros del discurso están
tratando de crear un universo seudojudaico a escala
planetaria. Su visión la plasmaron a lo grotesco los
autores de los Protocolos, pero la realidad
que propugnaron es un fracaso tan rotundo como el
que sus hermanos establecieron en Palestina. El
mismo gobierno mediante las fuerzas de seguridad,
las campañas para asustar a la población, el mismo
proyecto ideológico, la misma destrucción de la
naturaleza, el mismo empobrecimiento del espíritu,
el mismo desarraigar a la gente, la misma
discriminación, las mismas guerras sin fin, todo
esto alejadísimo de las promesas de los Profetas a
los que quisieron emular.
Como rebeldes ante Dios, serán
derrotados. Como charlatanes, serán desenmascarados.
Su derrumbe es inminente. Pero esto no se logrará
sin nuestro esfuerzo por difundir ampliamente lo que
hemos comprendido, para que a su vez se vuelva
comprensión general. Deberíamos rechazarlos del
todo, tan rotundamente como cuando, al confesar
nuestra fe, nos comprometimos a hacerlo.
IV
La Iglesia es la herramienta más
poderosa para la paz. La Iglesia puede llevarnos ya
a la paz, con tal de que la defendamos abiertamente.
Con el respaldo masivo del pueblo unido en torno a
la Iglesia, las guerras del Medio Oriente ya
entrarían a formar parte de la historia.
Los americanos pueden volver la mirada hacia el este
para hallar un ejemplo. Mientras la mayor iglesia
apostólica de América se encuentra desangrada por
dinero, en el Este tiene lugar un gran levantamiento
espiritual. En Turquía, después de 80 años de
dictadura materialista, la gente se volvió hacia
Dios y votó por un partido de creyentes. Lo mismo
sucedió en Palestina, en la Tierra del Señor, donde
Hamás ganó las elecciones. Dondequiera en el Este,
desde el Cairo hasta Moscú, el Este está quitándose
de encima el pragmatismo helado de los regímenes
ateos y volviendo a Dios.
Los americanos pueden sumarse a esta
corriente. La Iglesia, la iglesia católica y su
hermana la iglesia ortodoxa, es el Islam
occidental, y esto vale como alabanza. Existe
positivamente un lugar para un Hamás católico
incorporándose a los Estados Unidos y cambiando las
reglas del juego, quitándole el mando a los hermanos
laicos y gemelos que son los republicanos y los
demócratas. Si el Islam logró recuperar el respeto y
la gloria que le corresponden en la sociedad de
Ataturk, violentamente antirreligiosa sólo desde
tiempos recientes, si la ortodoxia hace lo mismo en
la tierra de Lenin, entonces la Iglesia cristiana
puede lograr lo mismo en USA, poniéndose de parte
del pueblo, y el pueblo puede derrotar a su enemigo,
poniéndose de parte de la iglesia.
Al mismo tiempo, el affaire de los
curas abusadores pueden eliminar a la Iglesia
católica en USA en cuanto fuerza independiente. Ya
son cinco las diócesis que se han reconocido en
bancarrota. Pero la Iglesia todavía puede
sobreponerse: puede deshacerse de todas sus
propiedades y transferírselas a los párrocos
locales, echar a los colaboracionistas y sobrevivir…
pobre, flaca y combativa, como sobrevivió en los
días de los apóstoles. No debería darse por vencida
sino aceptar el desafío. Puede guiar a América hacia
la paz y la prosperidad por ser la gran fuerza
positiva moral, puede exigirle a la administración
Bush que se retire de Irak ahora mismo. Si la
Iglesia se volviera más activa en la lucha por la
paz, atraería a más gente. Incluso, una Iglesia
americana independiente y autocéfala podría brotar
de las iglesias apostólicas americanas, la ortodoxa
y la católica, y su luz derrotaría las tinieblas de
la apostasía.
Desgraciadamente, algunos de
nuestros amigos no terminan de entender esto, y se
suman a los ataques contra la iglesia. Es como si un
soldado de infantería fuera a unirse al ataque
enemigo contra sus tanques, simplemente porque odia
a los tanquistas.
El estandarte de los medios
propalestinos es Counterpunch. Es uno de los
mayores sitios web amigos, y publican de hecho
muchos artículos producidos por nuestros amigos.
Pero en Counterpunch, uno no puede decir una
palabra positiva acerca de la Iglesia, y de seguro
no se puede mencionar a Cristo. Una búsqueda de la
palabra “iglesia” en su sitio web, por google,
demuestra que son tan duros con la Iglesia como el
Jerusalem Post (Véase por ejemplo
www.counterpunch.org/sexabuse.html
,
www.counterpunch.org/jensen09282006.html ,
www.counterpunch.org/smith03092004.html
etc)
Hace poco publicaron un artículo de
un tal Badruddin Khan que era una acumulación de
mentiras desvergonzadas: “Estas tácticas antiguas
los cristianos las aplicaron a los judíos
abiertamente hace apenas un siglo. La Iglesia
católica dictó bandos que condenaban a los judíos
por usar la sangre de niños cristianos para los
ritos de la Pascua. Todos los judíos (tanto
secularizados, conversos o casados afuera) estaban
señalados e identificados como gente siniestra y
merecedora del apartheid. Este apartheid de hecho
hizo que el Holocausto, la implementación del mal,
fuera posible.”
Esto es mentira y es una calumnia
que sólo figura en los manuales sionistas más
baratos. De hecho, los conversos siempre fueron bien
recibidos por la Iglesia, y algunos de ellos
ascendieron en sus rangos. La lista sería demasiado
larga, desde san Pablo y san Pedro hasta san Juan de
la Cruz y santa Teresa de Ávila, hasta los obispos
dirigentes en la iglesia francesa y en otras. La
iglesia sí condenó a aquellos judíos que usaban la
sangre de niños cristianos para los ritos pascales o
para cualquier otra finalidad; ¿acaso le caería
mejor a Badrudin Khan si hubiera aprobado esta
práctica poco ortodoxa? Y al final, la referencia al
Holocausto es absurda. El régimen de Hitler era de
lo más violentamente anticatólico. De hecho, fueron
los pioneros del acoso a los supuestos curas
abusadores que imitan ahora los medios yankis. Estoy
segurísimo de que Counterpunch nunca se
atrevería a publicar mentiras tan descaradas acerca
de los judíos, pero a la Iglesia sí se le puede
atacar libremente.
Nuestros buenos combatientes Hill y
Kathy Christison organizaron una manifestación
frente a una catedral católica en apoyo al profesor
Finkelstein, al que le negaron una cátedra [por su
militancia antisionista], como escribieron en
Counterpunch. Y yo les pregunté por qué no lo
hicieron frente a alguna institución judía, alguna
sinagoga, o logia del Bnai Brith, u oficina de la
Anti Difamation League. Me contestaron: “tienes toda
la razón cuando dices que en los Estados Unidos se
puede ser anti-cualquier cosa salvo anti-judío o
anti-israelí. El lobby israelí es tan fuerte y
maneja tanto poder político que ningún político o
comentarista se atreve a criticar a Israel sin miedo
de ser tachado de antisemita y excluido del discurso
autorizado. Bajo el ceño del Holocausto ( eso que el
lobby nos está restregando por las narices
constantemente), poca gente quiere arriesgarse a la
sospecha de ser antijudía, de modo que es un arma
poderosa, y se vuelve cada día más poderosa a medida
que pasa el tiempo.”
Manifestar frente a una iglesia
católica es lo mismo que buscar una moneda perdida
debajo de la lámpara, cuando sabes perfectamente que
se te perdió donde no da la luz. Cunde la oscuridad
frente a los establecimientos judíos, por lo cual
deberíamos aventurarnos en la oscuridad para llevar
allí la luz. Así es cómo actúa nuestra organización,
Deir Yassin Remembered, que hace sus manifestaciones
periódicas frente a las sinagogas. Y frente a las
catedrales, deberíamos manifestar en apoyo a la
Iglesia, no en contra de ella.
La Iglesia católica es una de las
grandes campeonas de Palestina. Tiene un patriarca
palestino, y defiende a Palestina. Todas las
iglesias establecidas defienden a Palestina; las
iglesias apostólicas toman el lugar director, y los
católicos las encabezan a menudo a todas. Durante el
asedio judío a Belén en 2002, la Iglesia católica
dirigía las acciones, y yo participé en ello (véase
http://www.israelshamir.net/English/Convoy.htm ).
Yo no soy católico, sino que pertenezco a la hermana
autóctona y competidora, la iglesia ortodoxa de
Tierra santa, pero en cierto sentido, la iglesia
católica es aún más combativa que la nuestra.
Bill y Kathy no están de acuerdo:
“la Iglesia católica seguramente hizo algunas cosas
buenas para los palestinos, pero no lo suficiente,
ni mucho menos. ¿Dónde estaba la iglesia desde que
Israel oprime a los cristianos, incluyendo a los
católicos, en Palestina? ¿Acaso hemos oído protesta
alguna por parte de este papa acerca del
amurallamiento y la devastación de Belén, o por
parte del papa anterior cuando Israel sitió la
iglesia de la Natividad durante la reinvasión de
Cisjordania en el 2002? ¿Dónde estaba la Iglesia
cuando Israel hizo limpieza étnica en tantas aldeas
palestinas cristianas en 1948? Y por cierto, dónde
ha estado la Iglesia en estos 60 años que Israel
lleva oprimiendo a los creyentes de otra fe, los
musulmanes, profanando lugares de culto musulmán y
matando y acabando con la población musulmana, por
el mero motivo de que no son judíos?”
He aquí lo que les contesté: la
Iglesia católica hace lo más que puede, pero no
puede hacer mucho, doscientos años después de
Voltaire. Me preguntáis: “¿Dónde está la Iglesia,
desde que Israel viene oprimiendo a los cristianos
incluyendo a los católicos, en Palestina?” Con
perdón, esto me suena a algo conocido, algo así como
el retintín judío de “¿Y dónde estaba la Iglesia
durante el Holocausto?” Stalin fue más realista
cuando observaba que el papa no tenía muchas
divisiones. En realidad, la Iglesia sí protestó ante
cada crimen israelí. La Iglesia podría haber
hecho más si no estuviera constantemente bajo el
acoso del lobby judío, y de la gente socialmente
influyente que no entiende que está socavando este
frente de la defensa de Palestina.
En épocas remotas la Iglesia
encabezó la cruzada para liberar la Tierra Santa;
pues bien, puede ahora encabezar la cruzada por la
paz, con el mismo objetivo.
Traducción: María Poumier,
revisado por Horacio Garetto.